· El Himno de la Perla · El Himno del Alma ·
· Acto IX, Capítulos 108-113 de los Hechos de Tomás ·
la Gnosis del Cristianismo Primitivo
El conocido como Himno de la Perla aparece en el Acto IX, capítulos 108 al 113 de los Hechos o Actos de Tomás. Es recitado por el apóstol cuando, realizando misión «en la región de los indios» (hindúes), ingresa en prisión, de ahí el colofón con que termina en la versión siriaca de este evangelio apócrifo: “Fin del himno que el apóstol Judas Tomás pronunció en prisión”.
2. El apócrifo neotestamentario de los “Hechos de Tomás” se ha preservado en once manuscritos en lengua siriaca, una variedad del arameo y en setenta en griego. “De un modo general, el término siríaco se utiliza para referirse a todo el arameo clásico de la antigüedad tardía”; “El siríaco clásico llegó a ser la principal lengua literaria del Medio Oriente desde el siglo IV d. C. hasta el VIII d. C., así como un vehículo de transmisión cultural y religiosa del cristianismo ortodoxo sirio, difundiéndose a través de Asia hasta lugares tan lejanos como las costas malabares de la India y el oriente de China.”
· El Himno de la Perla ·
El Himno del Alma
· Acto IX, Capítulos 108-113 de los Hechos de Tomás ·
· Himno del Apóstol Judas Tomás que se encontraba en la región de los indios ·
En el Himno de la Perla, un príncipe parto relata en primera persona, como si de una narración autobiográfica se tratara, cómo siendo muy joven es enviado por sus regios padres para lograr una difícil tarea: deberá ir al lejano Egipto para encontrar una perla preciosa que es custodiada por una peligrosa serpiente a la que debe arrebatársela.
Cuando el príncipe marcha para cumplir este encargo, deja atrás no solo el seguro y lujoso ambiente del palacio real de sus padres, sino también la suntuosa túnica que le confiere su identidad y dignidad principesca. Antes de partir, los padres realizan con el príncipe un pacto: si logra cumplir con lo solicitado, hacerse con la perla valiosa, recuperará su vestidura real y compartirá con su hermano mayor, la herencia del reino.
Se pone en marcha para el largo viaje, acompañado por dos guías que le dejan una vez llegados a tierras egipcias. Cerca ya de la serpiente pretende esperar a que se duerma para arrebatarle la perla. El príncipe continúa relatando como al principio se hallaba solo, procurando evitar a los egipcios y sus hábitos impuros, y aunque trata de no llamar su atención, es descubierto y, engañado por los mismos egipcios, toma de sus alimentos y por la pesadez de los mismos cae en un profundo sueño por el que olvida su hogar, su regio linaje y el propósito ultimo por el que había emprendido su viaje.
Manuscritos
Solo en dos manuscritos, siriaco y griego, de los Hechos de Tomás se encuentra el llamado Himno de la Perla. El manuscrito siriaco se halla en la Bristish Library (BM Add 14645, ff 30v-32r), esta datado en el siglo X n.e., concretamente en el 936 A.D. y es en verso. El otro manuscrito está escrito en griego, es en prosa y está fechado un siglo más tarde, en el siglo XI y actualmente en la Biblioteca Vallicelliana de Roma (B35, ff 124f-135v).
En el manuscrito siriaco, el texto del Himno esta precedido por un título: “Himno de Judas Tomás, el apóstol, que se encontraba en la región de los indios” y concluye con el siguiente colofón: “Fin del himno que el apóstol Judas Tomás pronunció en prisión”. En el manuscrito griego el título y el colofón no aparecen. Esta y otras características, apuntan a que «el texto siriaco del himno es, con mucho, el más completo y satisfactorio en términos de coherencia».4
La lengua original del Himno es muy seguramente el siriaco y es considerado anterior en su elaboración a los Hechos de Tomás, es decir sería una interpolación realizada en el apócrifo neotestamentario, lo que viene avalado porque tanto en los manuscritos siriaco como griego, el alegórico poema viene introducido como un himno (madrashe) o salmo (psalmos).
Fecha y lugar de composición
Probablemente el Himno de la Perla fue compuesto, entre los siglos II y III de nuestra era, señalándose el año 224 (año de la caída de la dinastía arsácida) como fecha límite tardía del momento de su composición, dada la mención de los partos que se hace en unos de los versos y redactado, por las referencias geográficas que en él se dan y el contexto histórico y sociológico en que surgió, en la región de Edesa, Mesopotamia.
Significaciones y origen
El Himno de la Perla ha sido considerado como alegoría religiosa, himno de uso litúrgico o madrashe, narración épica y poema didáctico. También se ha señalado su posible condición de midrás cristiano de parábolas evangélicas: la parábola del hijo pródigo (Lc. 15:11-32) y la parábola de la perla de gran valor (referida en Mt 13:45-46 y en el Evangelio de Tomás, Logion 76).
Se ha considerado al filósofo y escritor sirio del siglo II Bardaisan de Edesa o a un poeta bardaisanita,5 6 como probable autor del Himno y, aunque recientes investigaciones sugieren que el autor era nativo de Mesena, al sur de Babilonia, y su lenguaje original era el arameo oriental y no el siriaco, esta cuestión está todavía por dilucidar.7
Así mismo, el Himno ha sido relacionado también con el entorno del maniqueísmo, aun dentro de un contexto gnóstico y, por último, también se ha apuntado su posible origen en ancestrales leyendas de carácter dualista y sincrético de la cultura irania.
En todo caso, muy prontamente, buena parte de los estudiosos y eruditos del Himno señalaron o sugirieron las fuentes gnósticas del cristianismo primitivo como origen del mismo. 8 9 10 Y es que en este alegórico poema es expresada, con el ropaje del simbolismo, la soteriología gnóstica que contempla en el hombre la presencia de una chispa, esencial o anímica, que proviniendo del ámbito de lo divino y sometida en este mundo al destino, al nacimiento y a la muerte, puede y necesita ser despertada por la contraparte divina del ser humano - por medio de la Gnosis o Conocimiento introspectivo de lo divino que hay en su interior - recordando su naturaleza original, para ser finalmente reintegrada con su primigenia pureza, al lugar de donde procede. 11
El Himno de la Perla de los Hechos de Tomás conforma, junto con el Evangelio de Tomás y el Libro de Tomas el Contendiente (o Libro de Tomás el atleta), lo que se ha venido en denominar literatura tomasina, adscrita a la escuela o corriente tomasina del primitivo cristianismo sirio. El núcleo o “corazón” de esta “escuela o corriente tomasina” es “la búsqueda del ser humano de su verdadera seidad a través de la correcta comprensión de la enseñanza revelada por Jesús Salvador”. 12
En estos textos y muy especialmente en el Himno de la Perla, aflora el sentimiento de extranjería en este mundo de todo “buscador de la Verdad”, que se traduce en una llamada a la búsqueda de la verdadera e íntima identidad trascendente para, por medio de este esfuerzo, acercarse a un Conocimiento del Padre.
6. G.R.S. Mead, The Hymn of the Robe of Glory, págs. 11 y 12, Echoes from the Gnosis, Vol. X, 1908.
7. G. J. Reinink, Alexander Cornelis Klugkist, A. C. Klugkist, After Bardaisan: Studies on Continuity and Change in Syriac Christianity in Honour of Professor Han J.W. Drijvers, pág. 196, Volumen 89 de Orientalia Lovaniensia analecta, Peeters Publishers, 1999.
8, Jan N. Bremmer, Gerard P. Luttikhuizen, The Apocryphal Acts of Thomas, VIII. The Hymn of Jude Thomas, the Apostle, in the Country of the Indians (AT12 108-113), pág. 104, Peeters Publishers, 2001.
9. Hans Jonas, La religión gnóstica: el mensaje del Dios extraño y los comienzos del cristianismo, El Himno de la Perla, pág. 145, Ediciones Siruela, 2003.
10. Jad Hatem, Actualité du chant de la perle. Extrait de: Parole de l'Orient: revue semestrielle des études syriaques et arabes chrétiennes: recherches orientales: revue d'études et de recherches sur les églises de langue syriaque. -vol. 20 (1995), págs. 73-78
11. Ugo Bianchi, Origins of Gnosticism: Colloquium of Messina, 13-18 April 1966 - Texts and Discussions, pág. xxvi, Brill, 1970
12. Hartin, P. (1999). The search for the true self in the Gospel of Thomas, the Book of Thomas and the Hymn of the Pearl. HTS Teologiese Studies / Theological Studies, 55(4), 1001-1021.
Destacan:
El Padre, el Rey de Reyes; la Madre, la Soberana de Oriente, el Hijo, el más cercano “en rango”. Las regias figuras paternales del príncipe buscador de la perla, junto con su hermano, el hijo de aquellos, expresan, en un sentido, la Divina Trinidad -Padre, Hijo y Espíritu Santo- tal como era explicitada por algunas corrientes del gnosticismo y cristianos proto-ortodoxos sirios de los primeros siglos. En la primitiva literatura cristiana siriaca, era considerada también la naturaleza femenina del Espíritu Santo toda vez que el sustantivo que lo significaba, viento o aire, es de género femenino (como ocurre en hebreo, Ruach). Por ello el Espíritu Santo en los antiguos evangelios siriacos, en Efren de Siria y en Afraates, «el sabio persa» (quien también lo denomina "Madre"), es designado, casi siempre, en forma femenina. 13 14
La Perla
Desde la perspectiva soteriológica referida, la perla del Himno sería, en sí misma, esa chispa o principio anímico divinal en todo ser humano (por ello la denominación de Himno del Alma) que, encontrándose caída en el mundo denso, debe ser rescatada, salvada (-por el príncipe- simbolizándose en ello el mito gnóstico del Salvador salvado).
La Carta
La carta, simbólica expresión del Conocimiento Salvador o Gnosis de la Verdad, que le recuerda al príncipe lo que ya estaba escrito en su corazón, y por medio de la cual, despertando, se hizo posible que rescatara la perla de su propia alma y recibiera, nuevamente, ahora con plena consciencia, la túnica o vestidura de gloria.
14. En ese aspecto, Afraates, se muestra en consonancia con el modo en que Jesús hace mención del Espíritu Santo en el Evangelio de los hebreos. En este texto apócrifo del s. I-II de n.e, citado por Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio de Casarea, Cirilo obispo de Jerusalén, San Jerónimo y otros, se menciona que Jesús refiriéndose al Espíritu Santo expresa: «Ha poco me tomó mi Madre, el Espíritu Santo, y me llevó al monte sublime del Tabor». A. Orbe, Teología del Espíritu Santo, pág. 112, Gregorian Biblical BookShop, 1966.
La Túnica o Vestidura de Gloria presenta diversos posibles significados. Por un lado, alegoriza los aspectos más elevados del propio ser interior, la propia dignidad íntima y transcendental que confiere, al reintegrarse con ella en el camino de regreso a la Casa o Reino del Padre, la perfecta completitud y libertad. En otro sentido ha sido explicada como una simbólica alusión al cuerpo espiritual y cuerpos celestiales, que menciona el apóstol San Pablo (1 Co. 15:44 y 1 Co. 15:40) y muestra, así mismo, una afinidad muy estrecha con la Vestidura de Luz que es referida en diversos pasajes de la Pistis Sophia (obra gnóstica de ca. s. III n.e.).
La serpiente sibilante
La serpiente sibilante, en el contexto del Himno, alegoriza las fuerzas contrarias del error y la ignorancia que, dentro del propio individuo y fuera de él, en el mundo, se oponen a que pueda poseer la perla de su alma (- pues se tiene alma, mas no se posee: “en vuestra paciencia poseeréis vuestras almas”, Lc 21:19).
Egipto y los egipcios
Como ocurriera con el antiguo pueblo de Israel, en tiempos del Profeta Moisés, Egipto es la referencia simbólica, en el contexto del Himno de la Perla, de lugar de esclavitud de la ignorancia y el error, o dicho de otro modo, “del sueño”, del que la consciencia interior debe “despertar” y “recordar” “quiénes éramos y en quiénes nos hemos convertido; dónde estábamos y adónde hemos sido arrojados; hacía dónde nos apresuramos y de dónde somos redimidos; qué es la generación y qué es la regeneración”. 15
Por lo dicho, egipcios serían todos aquellos que escogen permanecer en “el sueño o esclavitud de la ignorancia y del error” personificado en nuestros propios “defectos inherentes”.
Legado e influencia
Debido seguramente a la interrelación de cristianos sirios con círculos musulmanes sufíes en el Bagdad de finales del Califato Abasí (s. XIII n.e.), el Himno de la Perla trascendió, aunque adaptado y con diferente exposición teológica, a la literatura islámica en árabe (el primer manuscrito en el que aparece es del siglo XV) y, en siglos posteriores, al persa, turco y urdu. 16 17
El Himno de la Perla es una de las más reconocidas creaciones poéticas escritas en siriaco que continúa siendo motivo de profundos estudios eruditos, filosóficos y exegéticos.
La sobria belleza de su texto expresa como pocos otros, el arquetípico mito universal del olvido y del recuerdo: 18 la necesidad del individuo de volver en sí mismo para recordar quién es, su naturaleza original, su “verdadero sí mismo”, de dónde viene, y cuál es su destino, si despierta, para su esencia real.
16. Ernst, Carl W.,“Fragmentary Versions of the Apocryphal ‘Hymn of the Pearl’ in Arabic, Turkish, Persian, and Urdu,” Jerusalem Studies in Arabic and Islam, 2006, vol. 32, págs. 144-188.
17. Antoni Gonzalo Carbó, El mito gnóstico de la perla: ʽAlā’ al-Dawla al-Simnānī, María Zambrano, Terrence Malick, Amaltea. Revista de mitocrítica, 2021.
18. Mircea Eliade, Mitologías de la Memoria y del Olvido, Estudios Orientales Vol. 1, No. 2 (2) (Dic., 1966), págs. 3-23.
· Primeras siete estrofas, en siriaco, del
Himno de la Perla
de los Hechos de Tomás ·
El siriaco, al igual que el hebreo y el árabe,
se escribe de derecha a izquierda.
Fuente ilustración: "Apocrypha Anecdota, Second Series,
Texts and Sudies contributions to Biblical and Patristic Litera-
ture, “The Hymn of the Soul” contained in “The Syriac Acts of
St. Thomas” de Anthony Ashley Bevan, editado por J. Armitage
Robinson, University Press Cambrigge, 1897.
El Himno del Alma
· Acto IX, Capítulos 108-113 de los Hechos de Tomás ·
· Himno del Apóstol Judas Tomás que se encontraba en la región de los indios ·
vivía en mi reino en la Casa de mi Padre,
y en la opulencia y abundancia
de mis educadores me solazaba,
cuando mis Padres me equiparon
y enviaron desde el Oriente, nuestra Patria.
De las riquezas de nuestro tesoro
me prepararon un hato pequeño.
Era abundante, pero tan liviano que yo solo
podía llevarlo:
Oro de Bet 'Elayye' y
plata de la gran Gazak,
rubíes de la India,
ágatas de la región de Kushán.
Me ciñeron con duro acero,
capaz de quebrar el hierro.
Me quitaron la túnica brillante
que amorosamente Ellos
habían confeccionado para mí,
y la toga purpúrea
que había sido hecha para mi talla.
Hicieron conmigo un pacto y
lo escribieron en mi corazón
para que no lo olvidara:
" Si desciendes a Egipto
y logras traer la Perla única,
la que está en el fondo del mar,
cerca de la serpiente sibilante,
[entonces] vestirás de nuevo tu Túnica brillante
y la Toga que cae por encima de ella,
y con tu Hermano, el más próximo a nuestro rango,
serás el heredero de nuestro Reino."
acompañado de dos guías,
pues el camino era peligroso y difícil,
y yo era joven para recorrerlo.
Atravesé por las fronteras de Mesena,
lugar de parada de los mercaderes de oriente,
llegué a la tierra de Babel
y penetré en las murallas de Sarbug.
Llegué a Egipto y
mis compañeros se separaron de mí.
Fui directo a la serpiente,
y acampé cerca de su morada,
esperando que la pudiera el sueño
y se durmiera y así
poder arrebatarle mi Perla.
Y cuando estaba absolutamente solo,
siendo un extraño para los compañeros
de mi posada,
vi allí a uno de mi raza,
un hombre libre, un oriental,
joven, hermoso y amable,
hijo de nobles,
y vino y se unió a mí.
Lo hice mi amigo íntimo,
un compañero en quien confiar mi propósito.
Le exhorté a guardarse de los egipcios
y de unirse a los impuros.
Y me vestí con sus atuendos
para que no sospecharan que había venido de lejos
para coger la Perla
e impedir que excitaran la serpiente contra mí.
Pero de alguna manera
se dieron cuenta de que yo no era de su país
y con engaños me hicieron comer de sus alimentos.
Olvidé que era hijo de Reyes,
y serví a su rey.
Olvidé la Perla
por la que mis Padres me habían enviado
y, a causa de la pesadez de sus alimentos,
caí en un profundo sueño.
fue sabido por mis Padres y se apenaron por mí
y salió un decreto en nuestro Reino,
ordenando que todos acudieran a nuestra Corte,
a los reyes y príncipes de Partia
y a todos los nobles de Oriente,
y determinaron sobre mí
que no fuera abandonado en Egipto.
Me escribieron una carta y
cada noble puso su firma en ella:
"De tu Padre, el Rey de reyes,
y de tu Madre, la Soberana de Oriente,
y de tu Hermano, nuestro segundo [en autoridad],
para ti nuestro hijo, que está en Egipto, ¡Saludos! [¡Paz!]
¡Despierta y levántate de tu sueño,
y escucha las palabras de nuestra carta!
¡Recuerda que eres hijo de Reyes!
¡Mira la esclavitud en que has caído!
¡Recuerda la Perla por la que
fuiste enviado a Egipto!
Piensa en tu Túnica resplandeciente
y recuerda tu gloriosa Toga,
con la que podrás vestirte y engalanarte
cuando tu nombre sea leído en el 'Libro de los Valientes' [Héroes],
y junto con tu Hermano, nuestro Virrey,
estarás en nuestro Reino."
Y mi carta era una carta
que el Rey había sellado con su mano derecha
[para preservarla] de los malvados, de los hijos de Babel
y de los demonios salvajes de Sarbug.
Voló [la carta] como un águila,
el rey de todas las aves;
voló y se posó a mi lado,
y toda ella se convirtió en palabra.
A su voz y al sonido de su murmullo
me desperté y me levanté de mi sueño.
La tomé y la besé, rompí su sello y la leí
y las palabras de mi carta,
eran lo mismo que estaba grabado en mi corazón.
Recordé que era hijo de Reyes
y que mi 'naturaleza libre' buscaba su linaje.
Recordé la Perla
por la que había sido enviado a Egipto,
y comencé a encantar
a la terrible serpiente sibilante.
La hice dormir y caer en un sueño profundo,
cuando pronuncié el Nombre de mi Padre contra ella,
y el Nombre de mi Hermano,
y el de mi Madre, la Reina de Oriente.
Y le arrebaté la Perla,
y emprendí la vuelta a la Casa de mis Padres.
Me quité el vestido sucio e impuro
y lo abandoné en su país
y me encaminé directamente
hacia la Luz de nuestro país, Oriente.
Y mi carta, la que me despertó,
la tenía ante mí durante el camino,
y lo mismo que me había despertado con su Voz,
ahora me guiaba con su Luz,
pues la seda real [de la carta] mostraba
su forma luminosa ante mí;
su Voz y su guía también me animaba
a apresurarme y su amor me atraía.
Salí atravesando Sarbug,
dejé Babel a mi lado izquierdo,
y llegué a la gran Mesana,
el puerto de los mercaderes
que se encuentra a la orilla del mar.
Y mi Túnica brillante [Vestidura de Luz],
que yo me había quitado,
y mi toga que la revestía,
desde las cumbres de Hircania
mis Padres me las enviaron hasta allí,
por medio de sus tesoreros,
a los que, por su fidelidad,
se las habían confiado;
pero yo no recordaba su dignidad y
que las había abandonado en mi juventud
en la Casa de mi Padre.
cuando la tuve frente a mí,
la Vestidura parecía un espejo de mí mismo.
En toda ella pude verme a mí mismo
reflejado por entero,
de manera que éramos dos diferentes,
y de nuevo Uno en una sola forma.
Y también a los tesoreros
que me la habían traído,
del mismo modo los vi,
dos en una sola forma,
un solo Signo Real grabado sobre ellos,
el [Signo] de Aquel que,
por medio de ellos,
me había restituido mi honor y mi riqueza,
mi adornada túnica brillante,
engalanada con magníficos colores,
con oro y con berilos,
calcedonias y ágatas,
sardónices de variados colores;
ella había sido preparada para enaltecerla,
todas sus costuras habían sido festoneadas
con piedras de diamantes,
y la imagen del Rey de reyes,
toda entera, por todo el [tejido]
aparecía bordada en relieve;
y, como la piedra de zafiro,
así sus colores eran variados.
Y nuevamente vi que toda ella [la Vestidura],
se agitaba sacudida por el Conocimiento [Gnosis].
Como si de nuevo fuera a hablar,
vi que se preparaba.
Oí el sonido de sus cantos,
que musitaba mientras descendía:
"Soy el más diligente de sus servidores;
por eso he sido enaltecido ante mi Padre".
Y también percibí como mi estatura
crecía al tiempo que realizaba sus trabajos.
Y con un movimiento regio
fue desplegándose toda ella hacia mí,
y de la mano de sus portadores
me incitó a tomarla.
para que corriera a su encuentro
y la recibiera.
Entonces extendí [mi mano] y la recibí;
con sus hermosos colores me engalané,
y quedé completamente cubierto
por mi Toga de brillantes colores.
Me vestí con Ella y fui elevado
a la Corte de la Paz y de la Adoración,
incliné mi cabeza
y adoré el Esplendor de mi Padre
que me la había enviado,
porque yo había cumplido sus Mandamientos,
y Él también Su promesa.
Y en la Corte de sus escribas,
entre sus nobles, fui mezclado,
pues se regocijó por mí, y
me había recibido, y yo
me encontraba con Él en Su Reino.
Y al son de plegarias
todos sus siervos Le alaban.
Prometió también que me presentaría
con Él ante la Corte del Rey de Reyes,
y, con mi ofrenda y mi Perla,
me mostraría junto con Él
ante nuestro Rey.
"Fin del Himno que el Apóstol Judas Tomás, cantó en prisión"
Bibliografía
* Crawford Burkitt, Francis, Early Eastern Christianity St. Margaret's lectures on the Syriac-speaking Church, THE ACTS OF JUDAS THOMAS AND THE HYMN OF THE SOUL, pág. 193. J. Murray, 1904.
* G.R.S. Mead, The Hymn of the Robe of Glory, Echoes from the Gnosis, Vol. X, 1908.
* Ménard Jacques E. Le «Chant de la Perle». In: Revue des Sciences Religieuses, tome 42, fascicule 4, 1968. págs. 289-325.
* García Bazán, Francisco, "La gnosis eterna Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos I", págs. 153-158.Editorial Trotta, 2003,
* A.F.J. Klijn, "The Hymn of Judas Thomas the Apostle in the country of the Indians", "The Acts of Thomas: introduction, text, and commentary by A.F.J. Klijn", págs. 182-187, Leiden, Brill, 2003.
* Alarcón Sainz, Juan J. y Torijano, Pablo A., "Las Versiones Siriaca y Griega del “Himno de la Perla” Introducción, traducción y notas" en Collectanea Christiana Orientalia 3 (2006), págs. 49-81.
* Poirier, Paul-Hubert, L’Hymne de la Perle des Actes de Thomas: Introduction, texte, traduction, commentaire. Deuxième édition, revue et augmentee; Brepols Publishers, 2021.
* “El Himno de la perla”, edición y publicación en diciembre de 2014, “Wikipedia”.
(Liviano · H.T Elpizein, enero 2015)
H. T Elpizein
Revisado y actualizado: abril de 2023
Referencia:
T. Elpizein, Hesykhios, Escritos del Cristianismo Primitivo, El Himno de la Perla, abril 2023 < http://escritosdelcristianismoprimitivo.com/-El-Himno-de-la-Perla-/>
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